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| Cromlech de Arritxulangaña |
Los Cromlechs pirenaicos —crps—, son monumentos megalíticos de construcción modesta y forma circular, de diámetro variable que oscila entre dos y diez metros, realizadas con piedras hincadas en el suelo. En un mismo emplazamiento suele haber varios círculos de piedras de distintos diámetros formando un grupo. Su construcción está fechada en torno al año 600 a.c.
Hasta fecha reciente, han sido estudiados principalmente con la ayuda de principios y reglas procedentes de la arqueología; por tanto, especialmente, teniendo en cuenta los restos y vestigios que se encuentran en estos monumentos.
La teoría comúnmente aceptada hoy acerca del significado del Cromlech pirenaico es que se trata de monumentos funerarios en los que se enterraba a los muertos. Esta teoría es rebatida en esta web, por estimar que es ocasional. Una nueva visión sobre el origen y significado del Cromlech pirenaico, prueba que todos los cromlechs pirenaicos representan estrellas.
Los Cromlech pirenaicos se extienden por el Pirineo en la franja E a O, que va desde Andorra al golfo de Vizcaya—en lengua vasca— o de Gascuña —en lengua sumeria—. En Andorra nace el Ariège, Arieja o Araxes y en el Valle de Arán nace el Garona, ambos ríos Ariège y Garona se unen al sur de Tolosa para desembocar juntos en el Atlántico por el estuario de la Gironde, cerrando en tierra con el Pirineo y la costa oceánica el triángulo aquitánico; y, por mar, el triángulo cantábrico, que, por entonces formaba parte del mar circundante.
El Cromlech pirenaico no se localiza concentrado en pequeños puntos. Se halla disperso dentro de unos límites geográficos establecidos con nitidez, que apuntan hacia una manifiesta intencionalidad de emplazamiento, obligando a pensar, que si se situaron con tanta precisión fue por algo, y, en consecuencia, deberían de encontrarse las razones de ello, supuesto que sugiere la conveniencia de estudiar estos monumentos como un todo. Para hacerlo, dada la amplitud de la zona de asentamiento de crómlechs, antes de delimitar ésta, conviene tener en cuenta, en primer lugar, los conocimientos o, más bien, puesto que estos no coincidían con la realidad, las creencias en materia de geografía, de la época en la que se erigió el crp.